Sal de la tierra y luz del mundo - Mateo 5, 13-16
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: - Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente. Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. Tampoco se enciende una vela para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de la casa. Alumbre así vuestra luz a los hombres para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielo.
Explicación
Cuando Jesús proclamó las bienaventuranzas, dijo a los que le seguían y que estaban dispuestos a cumplirlas esta felicitación tan preciosa: "Vosotros sois la sal de la tierra y la luz del mundo". Pero también les advirtió que si la sal se vuelve sosa, eso es, si dejamos a un lado las bienaventuranzas, seríamos como esa sal que no sirve para nada.
Evangelio dialogado
NARRADOR: El sermón de las Bienaventuranzas había impactado en los oyentes de Jesús. Fue el comentario de muchos días. Algunos lo intentaron y les resultó bastante difícil de cumplir. Otros, ni lo intentaron, porque Jesús tenía unas cosas... Por cierto ¿dónde está el Maestro?
DISCÍPULO1º: Ya se acerca... Veremos de qué nos habla hoy.
DISCÍPULO2º: ¿Sabes, Jesús, que toda la semana nos hemos esforzado por cumplir las bienaventuranzas?
JESÚS: Me parece muy bien. ¿Y cómo fue la experiencia?
DISCÍPULO1º: Así, así. Por eso pensamos que podías darnos algún consejo.
JESÚS: Amigos, sólo puedo deciros que si intentáis cumplir las bienaventuranzas, seréis felices y alcanzaréis el Reino de Dios.
DISCÍPULO2º: ¿Y si se nos olvidan, como a mí casi siempre?
JESÚS: Pero vamos a ver, ¿sois amigos míos o no?
DISCÍPULOS: ¡Sí!, ¡desde luego!, ¡no lo dudes!
JESÚS: Entonces, si sois mis amigos, también sois la sal de la tierra, ¿y qué pasa cuando la sal se vuelve sosa?
JESÚS: Entonces, si sois mis amigos, también sois la sal de la tierra, ¿y qué pasa cuando la sal se vuelve sosa?
DISCÍPULO1º: Que no sirve para nada y hay que tirarla.
JESÚS: ¿Os dais cuenta de que no podéis olvidar mis palabras? Además vosotros sois la luz que ha de iluminar al mundo. ¿Se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte?
DISCÍPULO2º: No, imposible, se ve desde todas partes.
JESÚS: ¿Y para qué encenderíais una vela?
DISCÍPULO1º: Para ver las cosas y no tropezar con ellas. Para que nos alumbre a todos.
JESÚS: Así han de alumbrar vuestras buenas obras. Además, daréis testimonio y el Padre estará muy contento de vosotros.
NARRADOR: Y Jesús despidió a la gente y les mandó a ser sus testigos y manifestar las obras de Dios.
Elaborado por: Fr. Emilio Díez Ordóñez y Fr. Javier Espinosa Fernández
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