lunes, 18 de marzo de 2024

Domingo de Ramos

Entrada triunfal en Jerusalén - Marcos 11, 1-10

Se acercaban a Jerusalén, por Betfagé y Betania, junto al monte de los Olivos, y Jesús mandó a dos de sus discípulos, diciéndoles: - Id a la aldea de enfrente, y cuando entréis, encontraréis un borrico atado, que nadie ha montado todavía. Desatadlo y traedlo. Y si alguien os pregunta por qué lo hacéis, contestadle: "El Señor lo necesita", y lo devolverá pronto. Fueron y encontraron el borrico en la calle atado a una puerta; y lo soltaron. Algunos de los presentes les preguntaron: - ¿Por qué tenéis que desatar el borrico? Ellos les contestaron como había dicho Jesús; y se lo permitieron. Llevaron el borrico, le echaron encima los mantos, y Jesús se montó. Muchos alfombraron el camino con sus mantos, otros con ramas cortadas en el campo. Los que iban delante y detrás, gritaban: - ¡Viva, bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Bendito el reino que llega, el de nuestro padre David! ¡Viva el Altísimo!

Explicación

Jesús entró en Jerusalén montado en un asno y fue aclamado por toda la gente que le recibió diciendo: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor Dios!. ¡Bendito el que viene a salvarnos! Los amigos de Jesús, de todos los tiempos y lugares, celebramos una vez al año esta fiesta del Domingo de Ramos y nos preparamos para vivir con él la semana más importante de los amigos de Jesús, que se llama Semana Santa.

Elaborado por: Fr. Emilio Díez Ordóñez y Fr. Javier Espinosa Fernández



lunes, 11 de marzo de 2024

Quinto domingo de Cuaresma 2024

 Jesús anuncia su glorificación por la muerte - Juan 12, 20-23

En aquel tiempo, entre los que habían venido a celebrar la fiesta había algunos gentiles; éstos, acercándose a Felipe, el de Betsaida de Galilea, le rogaban: - Señor, quisiéramos ver a Jesús. Felipe fue a decírselo a Andrés; y Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús. Jesús les contestó: - Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre. Os aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama así mismo, se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se guarda para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre le premiará. Ahora mi alma está agitada, y ¿qué diré? : Padre, líbrame de esta hora. Pero si por esto he venido, para esta hora, Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: - Lo he glorificado y volveré a glorificarlo. La gente que estaba allí y lo oyó decía que había sido un trueno; otros decían que le había hablado un ángel. Jesús tomó la palabra y dijo: - Esta voz no ha venido por mí, sino por vosotros. Ahora va a ser juzgado el mundo; ahora el príncipe de este mundo va a ser echado fuera. Y cuando sea yo elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí. Esto lo decía dando a entender la muerte de que iba a morir.

Explicación

Un día Jesús dijo a Felipe y a Andrés, dos amigos suyos, que sólo cuando el grano de trigo que se siembra en la tierra, se pudre y se muere dentro de ella, puede renacer y llegar a ser una espiga llena de vitalidad. Les quiso decir que si querían hacer mucho bien, tenían que morir a sus caprichos y pensar en los demás, y dejar de pensar en triunfalismos y en grandes reinos. Después les invitó a seguirle.

Elaborado por: Fr. Emilio Díez Ordóñez y Fr. Javier Espinosa Fernández






lunes, 4 de marzo de 2024

Cuarto domingo de Cuaresma

 Diálogo con Nicodemo - Juan 3, 14-21

En aquel tiempo dijo Jesús a Nicodemo: - Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del Hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único, para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él, no será condenado; el que no cree, ya está condenado, porque no ha creído en el Hijo único de Dios. Esta es la causa de la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra perversamente detesta la luz, y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que realiza la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios.

Explicación

Cuando somos egoístas, violentos y aprovechados llenamos de oscuridad y dolor la vida de los demás y la nuestra. No tenemos nada que ver con Jesús que lleno de bondad, de generosidad y solidario con todos, llenaba de luz sus vidas. Jesús choca con la oscuridad. Y nosotros ¿cuándo somos luz? ¿cuándo somos de Jesús?.




lunes, 26 de febrero de 2024

Tercer domingo de Cuaresma 2024

 La purificación del Templo - Juan 2, 13-25

En aquel tiempo se acercaba la Pascua de los Judíos y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote con cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendías palomas les dijo: - Quitad esto de aquí: no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre. Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: "El celo de tu casa me devora" Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron: - ¿Qué signos nos muestras para obrar así? Jesús contestó: - Destruid este templo, y en tres días lo levantaré. Los judíos replicaron: - Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días? Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Y cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo había dicho, y dieron fe a la Escritura y a la palabra que había dicho Jesús. Mientras estaba en Jerusalén por la fiesta de la Pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo los signos que hacía; pero Jesús no se confiaba con ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba el testimonio de nadie sobre un hombre, porque él sabía lo que hay dentro de cada hombre.

Explicación

Jesús se enfadó mucho con los que habían convertido el Templo de Jerusalén en una gran superficie de comerciantes, cambistas de monedas y aprovechados, y les dijo, arrojando por los suelos sus mostradores: Quitad todo esto de aquí, porque este es un lugar es de oración sencilla y confiada con Dios.

Elaborado por: Fr. Emilio Díez Ordóñez y Fr. Javier Espinosa Fernández



lunes, 19 de febrero de 2024

Segundo domingo de Cuaresma 2024

Transfiguración del Señor - Marcos 9, 1-9

En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos a una montaña alta, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo. Se les aparecieron Elías y Moisés conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús: - Maestro. ¡Qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres chozas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías. Estaban asustados, y no sabían lo que decían. Se formó una nube que los cubrió y salió una voz de la nube: - Este es mi Hijo amado; escuchadlo. De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos. Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: No contéis a nadie lo que habéis visto hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos. Esto se les quedó grabado y discutían qué querría decir aquello de resucitar de entre los muertos.

Explicación

Un día Jesús compartió con sus amigos un secreto y les dijo que después de morir vencería a la muerte y resucitaría. Esto se lo manifestó para darles ánimos, de tal modo que cuando le vieran morir en la cruz no perdieran la esperanza del todo y recordaran lo del monte Tabor, cuando él se les apareció revestido de luz.

 Evangelio dialogado

APÓSTOL 1: Maestro, ¿dónde vamos? Por aquí no hay ningún pueblo.

APÓSTOL 2: El camino es cada vez más difícil. Estamos muy cansados.

APÓSTOL 1: ¡Tengo los pies hechos polvo!

APÓSTOL 2: ¡Yo no puedo dar un paso más!

JESÚS: Está bien, podéis descansar en la fuente que hemos dejado hace un momento.

APÓSTOL 1: Gracias, Maestro. Y tú ¿qué vas a hacer?

JESÚS: Voy a subir a ese monte de ahí.

APÓSTOL 2: ¡Está muy lejos! Tardarás más de cuatro horas.

JESÚS: No importa. Pedro, Santiago, Juan... ¿queréis subir conmigo?

APÓSTOL 1: ¡Vale, Maestro! Hace tiempo que no subo al Tabor.

APÓSTOL 2: Será una buena caminata. ¡No perdamos tiempo!

APÓSTOL 1: Desde luego. ¡Vamos ya!

JESÚS: Vosotros esperadnos en la fuente.

APÓSTOL 1: Está bien, pero no os canséis demasiado.

APÓSTOL 2: Amigos, vamos a la fuente.

APÓSTOL 1: ¡Vaya subida...! Ya no me acordaba... Ha sido difícil, ¿eh?

APÓSTOL 2: Estoy tan cansado que me voy a tumbar a echar un sueñecito.

APÓSTOL 1: Yo también. No sé cómo el Maestro puede aguantar tanto.

JESÚS: Descansad un rato. Voy a rezar un poco más arriba. ¡Moisés, Elías, bienvenidos!

MOISÉS: ¡Hola, Jesús! ¿Cómo te va por la tierra?

JESÚS: Regular, a veces es difícil cumplir la voluntad del Padre.

ELÍAS: Pero sabes que te quiere y que siempre está contigo.

APÓSTOL 1: Maestro. ¡Qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres chozas: una para Ti, otra para Moisés y otra para Elías.

APÓSTOL 2: ¡Pedro, Pedro, ven! ¡No sabes lo que dices!

Voz en OFF: Éste es mi Hijo amado, escuchadlo.

JESÚS: Bajemos ya, los otros nos esperan.

APÓSTOL 1: ¡Anda que cuando les contemos lo que hemos visto!

JESÚS: ¡No! No contéis a nadie lo que habéis visto hasta que el Hijo del Hombre resucite de entre los muertos.

Elaborado por: Fr. Emilio Díez Ordóñez y Fr. Javier Espinosa Fernández





lunes, 12 de febrero de 2024

Primer domingo de Cuaresma 2024

 Jesús es tentado en el desierto - Marcos 1, 12-15

En aquel tiempo, el Espíritu empujó a Jesús al desierto, donde se quedó cuarenta días, dejándose tentar por Satanás; vivía entre alimañas, y los ángeles le servían. Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios; decía: - Se ha cumplido el plazo, está cerca el Reino de Dios. Convertíos y creed la Buena Noticia.

Explicación

Los atletas, antes de realizar una prueba difícil, se concentran, se entrenan y comprueban si están preparados o no para participar en ella. Eso mismo hizo Jesús, antes de dar comienzo al anuncio del Evangelio: se retiró al desierto y cogió fuerzas para cumplir su misión con sencillez y cariño, dejando de lado lo espectacular y cómodo.

Elaborado por: Fr. Emilio Díez Ordóñez y Fr. Javier Espinosa Fernández





lunes, 5 de febrero de 2024

Evangelio Domingo 11 de febrero

 Curación de un leproso - Marcos 1, 40-45

En aquel tiempo se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas: - Si quieres, puedes limpiarme. Sintiendo lástima, extendió la mano y lo tocó diciendo: - Quiero: queda limpio. La lepra se le quitó inmediatamente y quedó limpio. El lo despidió, encargándole severamente: - No se lo digas a nadie; pero para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés. Pero cuando se fue, empezó a divulgar el hecho con grandes ponderaciones, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedaba fuera, en descampado; y aun así acudían a é de todas partes.

Explicación

La actividad de Jesús, dedicado de lleno a hacer bien, hizo que muchas personas oyeran hablar de él y se le acercaran. Así ocurrió con este enfermo de lepra que vino a Jesús y le pidió ayuda. Una vez sanado, aquél hombre se sintió como nuevo y comenzó una vida nueva de trato y relación con los demás, porque no sé si sabes que los enfermos de lepra eran separados de la sociedad y condenados a vivir aislados. Qué triste ¿no?

Evangelio dialogado

NARRADOR: Hoy os vamos a relatar una historia de Jesús. De cómo Jesús curó a un leproso.

NIÑO 1: ¿La lepra era una enfermedad muy mala?

NARRADOR: ¡Claro! Todos tenían miedo de contagiarse y dejaban a los leprosos lejos de su familia y solos.

NIÑO 2: Eso me da mucha pena. ¿Es que nadie les quería?

NARRADOR: Seguro que Jesús sí. Veréis lo que sucedió.

NIÑO 1: Maestro, vamos a descansar ahora que no hay gente.

JESÚS: Está bien, descansemos un rato. ¡Mirad, por ahí viene un leproso!

LEPROSO: ¡Estoy impuro, estoy impuro!

NIÑO 2: ¡Maestro, es un leproso, no te acerques!

LEPROSO: Si quieres puedes limpiarme, Señor.

JESÚS: Quiero, queda limpio.

LEPROSO: ¡Gracias, Jesús, gracias!

JESÚS: ¡No se lo digas a nadie! Preséntate al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés.

NARRADOR: El leproso fue a la ciudad y gritaba con todas sus fuerza diciendo a todo el mundo el milagro de Jesús.

LEPROSO: ¡Estoy curado, ya no tengo lepra!

NIÑO 1: ¡Le prometiste a Jesús que no lo dirías!

LEPROSO: Es verdad, pero soy feliz y necesito decirlo. ¡Jesús me ha curado, ya no tengo lepra!

NARRADOR: Jesús siguió su camino, pero ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo. Se quedaba fuera, en descampado y aún así acudían a él de todas partes.

Elaborado por: Fr. Emilio Díez Ordóñez y Fr. Javier Espinosa Fernández




Cuaresma 2024

 Material de Cuaresma 2024 de Patxi Fano:

"Familia os comparto los dibujos de CUARESMA una idea preciosa de Malu de Mies. Este año iremos de oficio en oficio hasta llegar a LOS OFICIOS... Jesús será el Maestro y nosotros su Aprendiz... La palabra de Dios nos situará en una profesión... Unai Quirós ha hecho una canción preciosa " Jesús mi Maestro" que ya esta grabando y pronto nos compartirá...

 https://drive.google.com/drive/folders/1Gt4CSam1HyHr9myQX4il_J97aOoYwr0E



lunes, 29 de enero de 2024

Evangelio Domingo 4 de febrero

 Curación de la suegra de Simón - Marcos 1, 29-39

En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron. Jesús se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles. Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y poseídos. La población entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios; y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar. Se levantó de madrugada, se marchó al descampado y allí se puso a orar. Simón y sus compañeros fueron y, al encontrarlo, le dijeron: - Todo el mundo te busca. El les respondió: - Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he venido. Así recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando los demonios.

Explicación

Durante unos años Jesús recorrió los pueblos de Galilea haciendo, sobre todo, dos cosas: anunciar la bondad y el cariño de Dios Padre, y librar a las personas de todo mal que pudiera afectarlas. En el evangelio de hoy se dice que sanó a la suegra de Pedro, curó a muchos enfermos y estaba siempre disponible para atender a cuantos le pedían ayuda. Y además siempre encontraba algún rato para estar con su Padre Dios y mantener con él una relación estrecha y cariñosa, porque eran uña y carne.

Evangelio dialogado

NARRADOR: Al salir Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. De camino comentaban.

SANTIAGO: No olvidaré nunca lo que hizo Jesús en la Sinagoga.

JUAN: Yo tampoco lo olvidaré ¡Hasta el Rabino dio gracias a Yahvé!

SANTIAGO: ¡Está claro que Jesús es el más grande!

JESÚS: ¡Basta ya, Santiago, sólo es grande Yahvé!

JUAN: Pues para nosotros tú eres el mejor

SANTIAGO: Y para nuestros amigos también. ¿A que sí..., a que Jesús es el mejor?

NARRADOR: Entretenidos en tal conversación llegaron a la casa de Simón.

SIMÓN: ¡Bienvenidos a mi casa, amigos!

JUAN: ¿Y tu suegra, Simón? Nos han dicho que estaba enferma.

SIMÓN: Es verdad, lleva muchos días con fiebre y no le baja.

NARRADOR: La buena mujer al oír que había llegado Jesús, se levantó.

PEDRO: Madre, no sé por qué te levantas, seguro que te pondrás peor.

SUEGRA: ¡Déjame, hijo! quiero ver a Jesús.

JESÚS: Me alegro mucho de verte. ¿Cómo te encuentras?

SUEGRA: Bastante mal, Jesús, pero me gusta estar contigo.

JESÚS: Lo sé. Ahora escucha: tu enfermedad ha desaparecido.

SUEGRA: ¿De verdad?... ¡Es cierto! ¡Estoy muy bien! ¡Gracias, gracias, Jesús!

JUDÍO 1: ¡Maestro! ahí fuera hay mucha gente que desea hablarte.

JESÚS: Diles que pasen

NARRADOR: Jesús curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios.

JESÚS: Todos estáis curados. ¡Id en paz!

SUEGRA: Es muy tarde, Jesús. ¿Por qué no descansáis un rato?

JESÚS: Sí, está bien, descansaremos un poco.

NARRADOR: Y Jesús se retiró a orar.

JESÚS: ¡Gracias, Padre, por todo lo que me das! Por los amigos y la alegría de los enfermos. Sé que me quieres mucho. ¡Gracias, Padre!

NARRADOR: Jesús se levantó de madrugada y los discípulos le suplicaban que se quedara más tiempo, pues la gente y los enfermos acudían de todas partes. Jesús les respondió:

JESÚS: ¿Aún no habéis entendido nada, amigos? He venido para ayudar a todos, no a unos pocos. Vámonos de aquí.

NARRADOR: Recorría la comarca, predicaba en las sinagogas y expulsaba los demonios.

Elaborado por: Fr. Emilio Díez Ordóñez y Fr. Javier Espinosa Fernández


jueves, 25 de enero de 2024

Evangelio Domingo 28 de enero

Jesús enseña en Cafarnaum - Marcos 1, 21-28

Llegó Jesús a Cafarnaum, y cuando el sábado siguiente fue a la sinagoga a enseñar, se quedaron asombrados de su enseñanza, porque no enseñaba como los letrados, sino con autoridad. Estaba precisamente en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo, y se puso a gritar: - ¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios. Jesús lo increpó: - Cállate y sal de él. El espíritu inmundo lo retorció y, dando un grito muy fuerte, salió. Todos se preguntaron estupefactos: - ¿Qué es esto? Este enseñar con autoridad es nuevo. Hasta a los espíritus inmundos les manda y le obedecen. Su fama se extendió en seguida por todas partes, alcanzando la comarca de Galilea.

Explicación

En tiempos de Jesús cuando alguien padecía una enfermedad o tenía el corazón lleno de mala intención se decía de él o de ella: tiene dentro un “mal espíritu”. El evangelio de hoy presenta a Jesús tan lleno de bondad que es capaz de vencer todo mal y librar de ese espíritu malo a quien lo padece. De este modo, la fuerza de Jesús expulsó el mal de aquel hombre que quedó como nuevo y curado, por la intervención de Jesús en su vida.

Por otro lado, el evangelio presenta a Jesús enseñando con autoridad.

¡Qué importante para un educador “enseñar con autoridad”! Si a los padres, a los maestros, catequistas, sacerdotes, nos falta la autoridad, por muchos micrófonos que pongamos por delante para soltar un discurso, nadie nos va a oír y menos escuchar. La autoridad parte del convencimiento, la integridad, fidelidad al mensaje y disponibilidad para servir.

La autoridad no es sinónimo de riña, sino de saber dar respuesta, interpretar, encauzar, actuar con mira de objetivos y con claridad. La autoridad hace que los que están alrededor se sientan escuchados e implicados en el proceso de la educación.

La autoridad vence al “espíritu inmundo” del desorden, el ruido, la falta de referentes. El que tiene la autoridad no puede quedarse con los brazos cruzados ni buscar el camino más fácil, ha de hacer lo posible porque todos entren en la vía común y participen.

Fijémonos en Jesús, Él es modelo de autoridad y de educador. (Parte del texto: Fernando Cordero)

 

Evangelio dialogado

NARRADOR: Llegó Jesús a una ciudad de Galilea llamada Cafarnaum. Iba acompañado de Pedro y otros discípulos y decidieron entrar en la Sinagoga a escuchar la lectura de las Sagrada Escrituras. Veréis qué sucedió.

JUDÍO 1: ¡Bienvenido, Jesús! ¿Quieres leer tú los libros sagrados? Nos gusta mucho escucharte.

JUDÍO 2: ¡Es verdad! Y entendemos muy bien tus explicaciones sobre ellos.

NARRADOR: Pedro interviene y dice con voz fuerte:

PEDRO: Jesús explica con autoridad y no dando vueltas y rodeos como los letrados.

JUDÍO 1: Es que los letrados se creen muy listos y meten la pata a menudo.

JUDÍO 2: A mí los letrados me caen mal, porque dicen una cosa y hacen otra. Pero escuchemos a Jesús.

JESÚS: "Habló Moisés al pueblo diciendo: El Señor, tu Dios te enviará un profeta como yo de entre tus hermanos. A él le escucharéis"

NARRADOR: Había entre los presentes un hombre que tenía un espíritu inmundo que se puso a gritar:

ENDEMONIADO: ¿No me digas que tú eres ese profeta?

PEDRO: ¿Por qué hablas así a mi maestro?

ENDEMONIADO: Ése no es maestro de nadie, es un "loco".

JUDÍO 1: ¡No digas tonterías, déjanos escuchar!

ENDEMONIADO: ¡No me da la gana! Ha venido a fastidiaros. Dice que es el Santo de Dios, pero es un "loco", un "loco".

JESÚS: No lo digo yo, es Moisés quien lo dice.

ENDEMONIADO: ¡Burro, tonto, "loco"!

PEDRO: ¡Maestro, dile que se calle!

JESÚS: No está hablando él, Pedro, es un espíritu inmundo el que habla por su boca. ¡Cállate y sal de ese hombre!

NARRADOR: El endemoniado curado por Jesús le dice.

ENDEMONIADO: ¡Maestro!

JUDÍO 2: ¡Qué milagro acabamos de ver!

JUDÍO 1: ¡Hasta los espíritus inmundos le obedecen!

NARRADOR: ¡Algo grande va a suceder en Israel!

La fama de Jesús se extendió enseguida por todas partes.

Elaborado por: Fr. Emilio Díez Ordóñez y Fr. Javier Espinosa Fernández


lunes, 15 de enero de 2024

Evangelio Domingo 21 de enero

 Los primeros discípulos - Marcos 1, 14-20

Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios, decía: - Se ha cumplido el plazo, está cerca el Reino de Dios: Convertíos y creed la Buena noticia. Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago. Jesús les dijo: - Venid conmigo y os haré pescadores de hombres. Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Un poco más adelante vio a Santiago, hijo del Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con él.

Explicación

Jesús llama a sus primeros discípulos para que sean “pescadores” de hombres. Pero en realidad los “pescados” son ellos, porque terminan en la red, en el corazón del Pescador.

Estar y seguir a Jesús es camino de amor y de felicidad. Es verdad hay que “dejarlo todo”. Todo lo que imposibilita amar, servir, entregarse, perdonar, compartir… Merece la pena ser “pescado” por Jesús, caer en su “red”, que es en el fondo la que da auténtico y pleno sentido a la vida.

En nuestro tiempo somos “alérgicos” a ser “pescados”. Sin embargo, caemos en mil “redes” de tecnologías y de manías más o menos al uso. Pensemos esta semana en lo que significa caer en una red diferente: la de Jesús. 

Texto: Fernando Cordero

Evangelio dialogado

NARRADOR: Os vamos a contar una historia de Jesús. Es la historia de cómo Jesús eligió a los primeros amigos. El hecho ocurrió en un lugar que se llamaba Galilea. Resulta que el rey Herodes, que era rey de Judea, había mandado encarcelar a Juan porque éste le decía que tenía que cambiar y ser bueno. ¡Atención, Jesús se acerca!

JESÚS: ¡Buenos días, amigos! Escuchad, se ha cumplido el plazo, está cerca el Reino de Dios. Convertíos y creed la Buena Noticia.

SIMÓN: Ya teníamos ganas de verte, Jesús.

ANDRÉS: Pensábamos que no vendrías a buscarnos.

JESÚS: Ha llegado el momento, venid conmigo y os haré pescadores de hombres.

NARRADOR: Simón y Andrés inmediatamente dejaron las redes y los siguieron. Y un poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo y a su hermano Juan. Les dijo:

JESÚS: ¡Buenos día. amigos! Venid. os haré pescadores de hombres.

NARRADOR: Al instante dejaron a su padre con los jornaleros en la barca y se marcharon con él.

SIMÓN: Maestro, eso de pescar hombre lo veo un poco liado.

ANDRÉS: A los peces no necesitamos convencerles, pero a los hombres...

JUAN: ¿Qué podemos decirles Jesús? Tú hablas muy bien y nosotros fatal.

JESÚS: Importa más que ellos vean cómo vivís, que las palabras que les digáis.

SANTIAGO: ¡Es muy difícil vivir como vives tú!

JESÚS: No es tan difícil, vosotros habéis dejado mucho para venir conmigo.

SIMÓN: ¿Quién puede negarse a tu llamada?

JESÚS: Todos los que tienen la vida llena de cosas que les atan demasiado.

NARRADOR: Jesús pensaba en los esclavos del vídeo, la videoconsola, el ganar más dinero, el deporte mal entendido, la vida fácil..., etc...

JESÚS: ¿Te das cuenta, Simón? Las palabras solas no convencen.

NARRADOR: Jesús y sus discípulos abandonaron el lugar y se dirigieron a las ciudades cercanas.

Elaborado por: Fr. Emilio Díez Ordóñez y Fr. Javier Espinosa Fernández



jueves, 11 de enero de 2024

Infancia Misionera 2024


La Jornada de la Infancia Misionera, organizado por Obras Misionales Pontificias (OMP), se celebrará este año el domingo 14 de enero con el lema “Comparto lo que soy”. Esta Jornada está dirigida a que niños de todo el mundo se formen en la misión y que su generosidad sirva para ayudar a los misioneros en su trabajo con la infancia.

Con esta Obra Pontificia, el Papa implica a los niños del mundo para ayudar a otros pequeños como ellos en las misiones. Y cuenta también con adultos comprometidos, que ayudan en esta formación durante todo el año.

Con las aportaciones recogidas por Infancia Misionera, se sostiene el trabajo que se realiza con los niños en los 1.122 territorios de misión que tiene la Iglesia. Con este dinero se apoyan más de 2.500 proyectos de educación, salud, protección de la vida y evangelización. Al año los misioneros ayudan a más de 4 millones de niños en 120 países.

España, en el primer lugar del ranking

En 2023 España ha ocupado el primer lugar en el ranking de países que más aportan a Infancia Misionera (con el dinero recaudado en 2022) para con ello poder financiar proyectos en misiones. La colecta enviada desde España en 2023 alcanzó los 2.325.225,17€ y fueron 44 países beneficiados.

OMP en España ha preparado materiales para invitar a los niños juntos con sus educadores a vivir esta Jornada. Ofrece recursos para educación infantil, primaria y para catequistas, educadores y familias.




miércoles, 10 de enero de 2024

Evangelio Domingo 14 de enero

 Los primeros discípulos - Juan 1, 35-42

En aquel tiempo estaba Juan con dos de sus discípulos y fijándose en Jesús que pasaba, dijo: - Este es el Cordero de Dios. Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. Jesús se volvió, y, al ver que lo seguían, les preguntó: - ¿Qué buscáis? Ellos le contestaron: - Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives? Él les dijo: - Venid y lo veréis. Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; serían las cuatro de la tarde. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encontró a su hermano Simón y le dijo: - Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo). Y lo llevó a Jesús. Jesús se le quedó mirando y le dijo: - Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que significa Pedro).

Explicación

Juan Bautista dijo a sus seguidores, refiriéndose a Jesús: Ese es el estupendo y el único a quien merece la pena conocer y seguir. Y sus discípulos se fueron con Jesús y le preguntaron: Maestro, ¿dónde vives? Jesús les contestó: Venid y lo veréis. Y se quedaron con él.

 Evangelio dialogado

NARRADOR: Los discípulos de Juan Bautista escuchaban entusiasmados las palabras que éste les dirigía. Y le hacían muchas preguntas.

ANDRÉS: Juan, háblanos del Mesías. Quisiéramos conocerlo.

DISCÍPULO: Dices que le bautizaste en el río Jordán. Pero, si es el Mesías ¿por qué le bautizaste tú?

JUAN: Preguntáis muchas cosas, y sólo puedo deciros que el Mesías es más importante que yo.

ANDRÉS: ¿Cómo de importante Juan?

JUAN: Tan importante que no soy digno de desatar la correa de su sandalia.

NARRADOR: En ese momento, fijándose en Jesús que pasaba, dijo:

JUAN: Este es el cordero de Dios. Mirad que se acerca; él podrá responder a todas vuestras preguntas.

ANDRÉS: ¿Vamos a su encuentro? A mí me gustaría saber algo más de Jesús.

NARRADOR: Andrés y el otro discípulo de despidieron de Juan y se acercaron a Jesús. Éste les vio titubeantes y les preguntó:

JESÚS: ¿Qué buscáis?

ANDRÉS: ¡Maestro! ¿dónde vives?

JESÚS: Venid y lo veréis.

NARRADOR: Andrés era uno de los que oyeron a Juan y fue en busca de su hermano Simón.

ANDRÉS: ¡Simón, ven conmigo! ¡Hemos encontrado al Mesías!

SIMÓN: ¿Tu maestro, Juan Bautista, es el Mesías?

ANDRÉS: ¡No, qué va! El Mesías es Jesús.

SIMÓN: ¿Jesús? ¿qué Jesús?

ANDRÉS: ¡Pues Jesús! Espera..., le llamaré. ¡Jesús, Jesús, sal por favor! quiero presentarte a mi hermano.

JESÚS: Tú eres Simón, el hijo de Juan.

SIMÓN: ¿Y cómo lo sabes?

JESÚS: Desde hoy te llamarás Cefas.

SIMÓN: ¿Y qué significa eso?

JESÚS: Significa Pedro, porque tú eres la piedra sobre la que edificaré mi Iglesia.

Elaborado por: Fr. Emilio Díez Ordóñez y Fr. Javier Espinosa Fernández




domingo, 7 de enero de 2024

Un planeta de PAZ - Unai Quirós

Unai Quirós nos presenta estos materiales para el 30 de enero, el Día escolar de la paz y la no-violencia. ¡Muchas gracias, Unai Quirós!, ¡muchas gracias, Patxi Fano!

Materiales: 

https://sites.google.com/view/somos-de-la-paz/inicio