martes, 29 de octubre de 2013

Festividad de Todos los Santos




Tradición y modernidad se mezclan la noche del 31 de octubre en la fiesta popular más importante del otoño, donde se recuerda a los difuntos en la Noche de Todos los Santos. Los catalanes celebran la Castanyada; los gallegos y leoneses, el Magosto; los vascos, la Gaztainerre; los asturianos, el Amagüestu, y los castellanos y extremeños, el Calbote. Las celebraciones de la vigilia de Todos los Santos se extiende por otras zonas de España y también en Sudamérica.

Las castañas asadas y el fuego de las hogueras con las que se ahuyentan a los malos espíritus o las velas que recuerdan a los difuntos son los denominadores comunes de estas celebraciones ancestrales convertidas con el paso del tiempo en verbenas. Frente a ellas, cada vez arraiga más en nuestro país la Noche de Halloween, con sus fiestas de disfraces y sus calabazas iluminadas.

Sin embargo, hay que recordar el origen europeo de ambas celebraciones entroncadas con la milenaria festividad celta del Samhain y la tradición católica de Todos los Santos.
El consumo de castañas, boniatos o los panellets, en el caso de Catalunya, acompañados de vino dulce o sidra durante la vigilia del 1 de noviembre tiene un posible origen en la tradición de ofrecer estos alimentos con muchas calorías a los campaneros que debían estar toda la noche de todos los santos haciendo sonar las campanas de iglesias y conventos para recordar a los vecinos que debían rezar por los difuntos.



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