lunes, 27 de octubre de 2025

Evangelio Domingo 2 de noviembre




Una amistad incondicional

Mt 5,1-12ª

La Solemnidad de Todos los Santos y también la memoria de los fieles difuntos es una llamada a la alegría y a la confianza, a sentirnos bienaventurados por tantos hermanos que nos precedieron y que disfrutan de la presencia amorosa de Dios. Al mismo tiempo, es una fiesta que supone todo un reto, como lo es vivir dese las bienaventuranzas. Como afirma Jesús Sánchez Adalid, “ser santo es ofrecer nuestra amistad incondicional y para siempre a quien se encuentra solo; no aceptar la violencia, el odio que despierta en nosotros la separación de los hombres con muros sociales, religiosos, raciales, nacionales…”. Gracias a Dios, tenemos miles y miles de ejemplos de buenos cristianos que trataron en su vida de colaborar humildemente en la construcción del Reino de Dios, sin darse ninguna importancia, amando con el esfuerzo de sus brazos y la alegría del corazón. Y lo más fuerte es que todos nosotros estamos llamados a la santidad, a participar en esa fiesta que no tiene fin. Sí, en nuestra vida cotidiana, de manera alegre, aunque esa “santidad” esté “cogida con pinzas”, como nos indica Fano en su sugerente dibujo. ¡Adelante!


Seamos santos porque Tú, Padre, eres santo y quieres que participemos de la extraña felicidad de tu Amor que ningún agua puede apagar.


Dibu: Patxi Velasco FANO

Texto: Fernando Cordero ss.cc.

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