domingo, 3 de mayo de 2020

Evangelio del Domingo 10 de mayo


Yo soy el camino, la verdad, y la vida - Juan 14, 1-12

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: -No perdáis la calma, creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias, si no, os lo habría dicho, y me voy para prepararos sitio. Cuando vaya y os prepare sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo estéis también vosotros. Y a donde yo voy, ya sabéis el camino. Tomás le dice: -Señor, no sabemos a dónde vas. ¿Cómo podemos saber el camino? Jesús le responde: - Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre sino por mí. Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto. Felipe le dice: - Señor, muéstranos al Padre y nos basta. Jesús le replica: -Hace tanto tiempo que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mi ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: «Muéstranos al Padre»? ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace las obras. Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre en mí. Si no, creed a las obras. Os lo aseguro: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre.





Explicación

Jesús hoy se despide de sus apóstoles y les dice que va a prepararles un lugar, y que luego vendrá a recogerlos para llevarlos junto a él. Y les dijo: -Ya sabéis el camino para ir donde yo voy Tomás le dice que no y le responde Jesús: Mira Tomás, mis enseñanzas son el camino, la verdad y la vida. Las conoces, ¿verdad? -Tomás asintió con la cabeza- pues ya sabes todo lo necesario.







 Evangelio dialogado

QUINTO DOMINGO DE PASCUA – “A” (Jn. 14, 1-12)

DISCÍPULO 1: Maestro, tú no te irás nunca, ¿verdad? Tenemos miedo de quedarnos solos… Quédate siempre con nosotros.

JESÚS: No tengáis miedo. Confiad en Dios y también en mí.

DISCÍPULO 2: Pero ... ¿a dónde vas?

JESÚS: Voy a la casa de mi Padre.

DISCÍPULO 1: ¿Y esa casa es muy grande? ¿Podremos caber todos?

JESÚS: Sí, amigos, es una casa muy grande; y yo voy a prepararos sitio. Además... vosotros ya sabéis el camino.

DISCÍPULO 1: ¿Y cuál es el camino para ir a la casa del Padre?

JESÚS: Nadie va al Padre sino por mí.

DISCÍPULO 2: Nosotros no lo conocemos.

JESÚS: Si me conocierais a mí, también conoceríais a mi Padre.

DISCÍPULO 1: Jesús, no te entendemos, pero... ¡Preséntanos al Padre y ya está!

JESÚS: Tanto tiempo como llevo con vosotros... ¿Todavía no me conoces, Felipe?

DISCÍPULO 2: Maestro, yo sí te conozco.

JESÚS: Pues quien me conoce a mí, también conoce al Padre. Creedme, yo estoy con el Padre y el Padre está conmigo.

DISCÍPULO 2: Yo te oigo hablar a ti y al Padre no.

JESÚS: El que me escucha a mí, escucha al Padre.

DISCÍPULO 1: Y las cosas buenas que haces, ¿las hace también el Padre?

JESÚS: ¡Claro que sí!

DISCÍPULO 2: Si hace lo mismo que tú... ¡El Padre es un tío guay!

JESÚS: ¿Os parecen bien las cosas que hago?

DISCÍPULO 1: Sí. Claro. Desde luego.

JESÚS: Pues vosotros podéis hacer todavía mejores cosas que yo.

DISCÍPULO 2: ¿Cómo?... ¿Sí?... ¿Cómo?...

JESÚS: Confiando en mí y en el Padre. Así cualquier cosa que pidáis se os concederá.

Elaborado por: Fr. Emilio Díez Ordóñez y Fr. Javier Espinosa Fernández

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