lunes, 3 de junio de 2024

Evangelio Domingo 9 de junio

Verdadero parentesco de Jesús - Marcos 3, 20-35

En aquel tiempo volvió Jesús a su casa, y se junto tanta gente, que no los dejaban ni comer. Al enterarse su familia, vinieron a llevárselo, porque decían que no estaba en sus cabales. Unos letrados de Jerusalen decían: - Tiene dentro a Belzebú y expulsa los demonios con el poder del jefe de los demonios. El los invitó a acercarse y les puso estas comparaciones: -¿Cómo va a echar Satanás a Satanás? Un reino en guerra civil no puede subsistir; una familia dividida no puede subsistir. Si Satanás se rebela contra sí mismo, para hacerse la guerra, no puede subsistir, está perdido. Nadie puede meterse en casa de un hombre forzudo para arramblar con su ajuar, si primero no lo ata; entonces podrá arramblar con la csa. Creedme, todo se les podrá perdonar a los hombres: los pecados y cualquier blasfemia que digan; pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón jamás, cargará con su pecado para siempre. Se refería a los que decían que tenía dentro un espíritu inmundo. Llegaron su madre y sus hermanos, y desde fuera lo mandaron llamar. La gente que tenía sentada alrededor le dijo: -Mira, tu madre y tus hermanos están fuera y te buscan. Les contestó: -¿Quiénes son mi madre y mis hermanos? El que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre.

Explicación

Un día los fariseos discutían con Jesús y le decían que hacía sus milagros y curaba a los endemoniados con el poder de Belcebú. Jesús les contestó: - Eso es imposible pues si Belcebú lucha contra su propio reino, acabaría desapareciendo. Y además sabed una cosa: todos los pecados se pueden perdonar, pero pensar eso de mi, es pensar que poseo el espíritu del Diablo y no el Espíritu de Dios, y este pecado es tan grande que o se puede perdonar.

Elaborado por: Fr. Emilio Díez Ordóñez y Fr. Javier Espinosa Fernández 




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