lunes, 30 de marzo de 2020

Evangelio del Domingo


Pasión de Jesucristo - Evangelio para niños - Mateo 26, 26,14-27,66
... Cuando llegaron al lugar llamado Gólgota (que quiere decir "la calavera") le dieron a beber vino mezclado con hiel; él lo probó, pero no quiso beberlo. Después de crucificarlo, se repartieron su ropa echándola a suertes y se sentaron a custodiarlo. Encima de la cabeza pusieron un letrero "Este es Jesús, el Rey de los judíos". Crucificaron con él a dos bandidos, uno a la derecha y otro a la izquierda. Los que pasaban, lo injuriaban y decían meneando la cabeza: -Tú que destruías el Templo y lo reconstruías en tres días, sálvate a ti mismo; si eres el Hijo de Dios, baja de la cruz. Los sumos sacerdotes con los letrados y los senadores se burlaban también diciendo: -A otros ha salvado y él no se puede salvar. ¿No es el rey de Israel? Que baje ahora de la cruz y le creeremos. ¿No ha confiado en Dios? Si tanto le quiere Dios, que lo libre ahora. ¿No decía que era Hijo de Dios? Hasta los bandidos que estaban crucificados con él le insultaban. Desde el mediodía hasta la media tarde vinieron tinieblas sobre toda aquella región. A media tarde, Jesús gritó: -Elí, Elí, lamá sabaktaní. (Es decir: -Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?) Al oírlo algunos de los que estaban por allí dijeron: -A Elías llama éste. Uno de ellos fue corriendo; en seguida cogió una esponja empapada en vinagre y, sujetándola en una caña, le dio de beber. Los demás decían: -Déjalo, a ver si viene Elías a salvarlo. Jesús dio otro grito fuerte y exhaló el espíritu. Entonces el velo del templo se rasgó  en dos de arriba abajo; la tierra tembló, las rocas se rajaron, las tumbas se abrieron y muchos cuerpos de santos que habían muerto resucitaron. Después que el resucitó salieron de las tumbas, entraron en la Ciudad Santa y se aparecieron a muchos. El centurión y sus hombres, que custodiaban a Jesús, al ver el terremoto y lo que pasaba dijeron aterrorizados: -Realmente este era Hijo de Dios.


Explicación
Este día comienza la Semana Santa en la que recordamos los últimos momentos de la vida de Jesús, nuestro amigo. Si la comunidad cristiana es una familia de seguidores de Jesús, con esa familia debemos reunirnos para revivir juntos la última cena de Jesús el día de Jueves Santo. El arresto, la condena injusta y la muerte de Jesús, el día de Viernes Santo, y, por fin, su resurrección, en la Vigilia Pascual. Toda esta semana empieza el Domingo de Ramos. Con ramos y palmas en nuestras manos aclamamos a Jesús, diciendo: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!, y le acogemos con la intención de compartir con él toda la Semana Santa. Muchos la pasarán de vacaciones, pero no debemos olvidar todo lo que Jesús hizo por nosotros y acompañarle en las celebraciones que todas las comunidades cristianas preparan para estos días santos.
Elaborado por: Fr. Emilio Díez Ordóñez y Fr. Javier Espinosa Fernández








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