jueves, 21 de noviembre de 2024

Cuarto Domingo de Adviento 2024

Visitación de la Virgen a Sta. Isabel - Lucas 1, 39-45

En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña. A un pueblo de Judá; entró en Casa de Zacarías, y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel de Espíritu Santo, y dijo a voz en grito: -¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. ¡Dichosa tú que has creído!, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.

Explicación

¡Qué maja, María! ¡Qué estupenda! Tres meses antes de que su prima Isabel diera a luz, se fue con ella para ayudarla y acompañarla, porque era mayor y vivía sola. Dejó su casa y se dedicó a quien la necesitaba tanto en esos momentos. Por eso Isabel, agradecida, dijo a María algo tan bonito y agradable como esto: ¡Bendita tu entre todas las mujeres, María, y,  felicidades porque has creído cuanto Dios te ha dicho y, por eso, estás llena de Vida! María acompañó a Isabel hasta que dio a luz a su hijo. Y luego regresó a su casa.

¡Dichosa tú, que has creído!

Evangelio dialogado

CUARTO DOMINGO DE ADVIENTO –C (Lc 1,39-45)

Lucas: ¡Hola, amigos y amigas!

Niño 1: ¡Hola, Lucas! ¿Hoy nos contarás cosas del Adviento?

Lucas: Pues sí, hoy os contaré que... ¡Ya termina el Adviento!

Niño 2: Pues qué pena, ¿no? ¿Y por qué termina hoy?

Lucas: Porque dentro de pocos días nacerá Jesús. ¿Le habéis preparado bien el camino?

Niños: Sí, sí que lo hemos preparado.

Lucas: ¡Estupendo! Entonces ya puedo hablaros de María.

Niño 1: ¿De María, la mamá de Jesús?

Niño 2: ¡Claro! Ella sí que preparó bien el camino, ¿verdad, Lucas?

Lucas: Sí, y fue la primera que llevó la Buena Noticia de Jesús a otra persona, a su prima Isabel. Escuchad:

María: Por favor, vosotros, ¿me podéis decir dónde vive Isabel, la mujer de Zacarías?

Niño 1: Desde luego, mujer. ¿De dónde vienes? ¿Vienes de muy lejos?

María: Vengo de Nazaret.

Niño 2: ¿Y cuál es el motivo para hacer ese viaje tan largo?

María: Visitar a mi prima Isabel, la mujer de Zacarías. ¿La conoces?

Niño 1: Sí, claro. Está esperando un hijo. Voy a llamarla, se alegrará mucho de verte. Mira, por allí viene...Isabel: ¡María!, ¡Qué alegría verte por aquí! ¿Quién soy yo para que me visite la Madre de mi Señor?

 María: ¡Qué dices! Sólo soy tu prima María...

Isabel: Sí ¡bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre!

María: ¿Cómo te has enterado? ¿Quién te lo ha dicho?

Isabel: Desde que llegaste, cuando te vi, la criatura saltó de alegría en mi vientre.

María: ¿De verdad?

Isabel: Sí, y ¡dichosa tú, María, porque has creído!

María: ¿Por qué?

Isabel: Porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.

Lucas: Y María se quedó con su prima Isabel unos tres meses.

Elaborado por: Fr. Emilio Díez Ordóñez y Fr. Javier Espinosa Fernández

Tercer Domingo de Adviento 2024

Bautismo de Juan - Lucas 3, 10-18

En aquel tiempo, la gente preguntaba a Juan: -Entonces, ¿qué hacemos? El contestó: -El que tenga dos túnicas, que se las reparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo mismo. Vinieron también a bautizarse unos publicanos; y le preguntaron: -Maestro, ¿qué hacemos nosotros? El les contestó: -No exijáis más de lo establecido. Unos militares le preguntaron: -Qué hacemos nosotros? El les contestó: -No hagáis extorsión a nadie, ni os aprovechéis con denuncias, sino contentaos con la paga. El pueblo estaba en expectación y todos se preguntaban si no sería Juan el Masías; él tomó la palabra y dijo a todos: -Yo os bautizo con agua; pero viene el que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego; tiene en la mano la horca para aventar su parva y reunir su trigo en el granero y quemar la paja en una hoguera que no se apaga. Añadiendo otras muchas cosas, exhortaba al pueblo y le anunciaba la Buena Noticia

Explicación

El mismo Juan Bautista que invitaba a todos a preparar el corazón para acoger a Dios, les decía a algunos cómo debían comportarse en situaciones concretas: Compartid de lo que tenéis con quien no tiene y necesita. No hagáis daño ni os aprovechéis de los sencillos y de los indefensos. Después de escuchar este evangelio podemos preguntar a Jesús: ¿cómo podemos preparar el corazón de modo que te acojamos cuando nazcas de nuevo en la próxima Navidad?

Evangelio dialogado

Lucas: ¡Hola! Ya estoy aquí otra vez. ¿Os acordáis de mí?

Niño1: ¡Claro! Tú eres el evangelista Lucas.

Niño2: ¿Y qué nos vas a decir hoy?

Lucas: Una cosa tan solo: que cumpláis con vuestro deber.

Niño1: O sea, que como somos estudiantes, que estudiemos.

Lucas: Y como sois amigos de Jesús, también tenéis otros deberes.

Niño2: Pues, obedecer a nuestros padres y maestros, decir la verdad, ayudar a los compañeros...

Lucas: ¡Muy bien! Me alegra que tengáis tan claro cuál es vuestro deber; Juan Bautista estaría contento.

Niño1: ¿Juan Bautista? ¿El que preparaba el camino al Señor?

Lucas: Eso es. Aquí viene, gritando como siempre.

Juan B.: Soy la voz que grita en el desierto. Preparad el camino del Señor. Allanad los senderos. Preparad el camino al Señor. Preparadle el camino.

Niño1: Profeta, ¿cómo podemos hacer lo que nos dices?

JuanB.: Convertíos de corazón y cumplid con vuestro deber.

Niño2: Entonces, ¿qué hacemos?

JuanB.: El que tenga más de una túnica, que la reparta con el que no tiene; y el que tenga comida, que haga lo mismo. Si alguien te pide que le acompañes medio kilómetro, acompáñale uno entero

Lucas: Vinieron también a bautizarse unos publicanos.

Publicano: Maestro, ¿qué hacemos nosotros?
Somos publicanos y cobramos impuestos para los romanos.

JuanB: No pidáis más de lo establecido, no os aprovechéis de los pobres.

Soldado: Somos soldados, ¿Y nosotros, qué hacemos?

JuanB: No denunciéis a nadie injustamente ni os aprovechéis de vuestro poder, y contentaos con la paga.

Soldado: ¿Acaso tú eres el Mesías? ¿Quién eres tú para hablarnos así?

JuanB: Yo os bautizo con agua, pero viene el que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de las sandalias. Él os bautizará con el Espíritu Santo. Viene para reunir el trigo en el granero y para quemar la paja en una hoguera que no se apaga.

Lucas: Añadiendo otras muchas cosas, exhortaba al pueblo y le anunciaba la Buena Noticia.

Elaborado por: Fr. Emilio Díez Ordóñez y Fr. Javier Espinosa Fernández

 

Segundo Domingo de Adviento 2024

Predicación de Juan Bautista - Lucas 3, 1-6

En el año quince del reinado del emperador Tiberio, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea, y Herodes virrey de Galilea, y su hermano Felipe virrey de Iturea y Traconítide, y Lisanio virrey de Abilene, bajo el sumo sacerdocio de Anás y Caifás, vino la palabra de Dios sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. Y recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías: "Una voz grita en el desierto: Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos; elévense los valles, desciendan los montes y colinas; que lo torcido se enderece, lo escabroso se iguale. Y todos verán la salvación de Dios"

Explicación

Juan Bautista, hijo de Zacarías y de Isabel, pasaba algún tiempo en el desierto, a solas, sin ruidos ni nada que le pudiera distraer. Y allí permanecía a la escucha de la Palabra de Dios. Cuando escuchó el deseo de Dios, se puso en camino hacia los pueblos cercanos al río Jordán, y decía a la gente, con palabras del Profeta Isaías: ¡Preparad el camino al Señor! Allanad los senderos. Que los valles se eleven, los montes se abajen y lo torcido se enderece. (Se refería no a los caminos de la tierra sino a los del corazón de cada persona)

Evangelio dialogado

Lucas: ¡Hola, amigos y amigas!

Niño 1: ¿Quién eres tú?

Lucas: ¿No lo recuerdas? Soy el evangelista Lucas. Este año os voy a acompañar muchos domingos.

Niño 1: ¿Qué bien, Lucas! ¿Y qué nos vas a contar hoy?

Lucas: Hoy os hablaré de un amigo de Jesús que intentó prepararle el camino y se llamaba Juan, de sobrenombre “el Bautista”. Escuchad: En el año 15 del reinado del emperador Tiberio, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea y Herodes virrey de Galilea, y su hermano Felipe virrey de Iturea y Traconítide, y Lisario, virrey de Abilene, bajo el sumo sacerdocio de Anás y Caifás, vino la palabra de Dios sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto.

Niño 2: ¡Sabes muchas cosas de Juan! Has debido estudiar un montón...Lucas: Sí, he estudiado bastante. Yo era médico y lo dejé todo para explicar a los demás lo bueno que era Jesús de Nazaret.

Niño 1: Juan también lo dejó todo y se fue a vivir al desierto. Bautizaba en el río Jordán a quienes querían convertirse para recibir bien a Jesús.

Lucas: Tienes razón. Juan intentaba que todas las personas fueran un poco mejores, porque sabía que Jesús era el Hijo de Dios y venía a salvarnos.

Niño 2: ¿Y las personas de entonces hicieron caso a Juan?

Lucas: Unos sí y otros no, y eso que Juan gritaba muy fuerte. Escuchad.

Juan: ¡Preparad el camino al Señor, allanad sus senderos; que se eleven los valles y desciendan los montes y las colinas; que lo torcido se enderece y lo escabroso se iguale! ¡Y todos verán la salvación de Dios!

Niño 1: ¡Para preparar un camino al Señor como el que dice Juan, se necesitan muchas máquinas de obras públicas!

Lucas: Me parece que Juan no habla de los caminos de tierra, ni de carreteras...

Juan: Es verdad, yo hablo de los caminos del corazón, que pueden estar llenos de cosas buenas o de cosas malas.

Niño 2: ¡Claro! De mentiras, peleas, palabrotas y muchos de esos agujeros y baches.

Juan: Esos son los caminos que hay que preparar. Así todos veréis la salvación de Dios.

 Elaborado por: Fr. Emilio Díez Ordóñez y Fr. Javier Espinosa Fernández



  

Primer Domingo de Adviento 2024

Catástrofes cósmicas y venida del Hijo del Hombre - Lucas 21, 25-28.34-36

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, enloquecidas por el estruendo del mar y del oleaje. Los hombres quedarán sin aliento por el miedo, ante lo que se le viene encima al mundo, pues las potencias del cielo temblarán. Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y gloria. Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación. Tened cuidado: no se os embote la mente con el vicio, la bebida y la preocupación por el dinero, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra. Estad siempre despiertos, pidiendo fuerza para escapar de todo lo que está por venir, y manteneos en pie ante el Hijo del hombre.

Explicación

Dice Jesús a sus amigos : La vida en ocasiones trae consigo situaciones difíciles y dolorosas. Si os llegan a vosotros no tengáis miedo ni perdáis la confianza en mí. Yo estaré con vosotros, a vuestro lado, para ayudaros y daros fuerza. Estad despiertos y espabilados y permaneced unidos a mí.

Estad en vela

Evangelio dialogado

Lucas: ¡Hola, amigos! Soy el evangelista Lucas. He venido para deciros que hoy empieza el Adviento. Seguro que el sacerdote explica muy bien lo que significa. Pero antes...Escuchad la conversación que los discípulos tienen con Jesús: es un relato que yo mismo escribí hace tiempo.

Discípulo 1: ¡Maestro, Maestro! ¿Puedo preguntarte una cosa?

Jesús: ¡Claro!

Discípulo 1: ¿Cómo será el fin del mundo?

Discípulo 2: Es verdad, Maestro. ¿Pasaremos mucho miedo?

Jesús: Habrá señales en el sol y en la luna y en las estrellas.

Discípulo 1: ¿Y en la Tierra, qué pasará en la Tierra? Jesús: Las gentes se angustiarán enloquecidas por el estruendo del mar y el oleaje. Los hombres quedarán sin aliento por el miedo, ante lo que se le viene encima al mundo.

Discípulo 2: ¿También tendrán miedo los países poderosos?

Jesús: Hasta los poderosos del mundo temblarán de miedo.

Discípulo 1: ¡Menudo desastre! ¿Verdad?

Discípulo 2: ¿Qué hará entonces el Hijo del Hombre ( de Dios)?

Jesús: Entonces, todos verán al Hijo de Dios venir en una nube con gran poder y gloria.

Discípulo 1: Maestro, ¿qué tenemos que hacer nosotros?

Discípulo 2: ¿Nos tenemos que alegrar o entristecer?

Jesús: Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; porque se acerca vuestra liberación.

Discípulo 1: ¡Para nosotros parecerá una fiesta!

Discípulo 2: ¡Qué bien nos lo vamos a pasar!

Jesús: Tened cuidado, no se os llene la cabeza de vicios, con la bebida y la preocupación por el dinero. Ese día caerá sobre vosotros como un relámpago.

Discípulo 1: Entonces...¿qué debemos hacer?

Discípulo 2: Sí, sí, Maestro, ¿qué debemos hacer nosotros?

Jesús: Estad alerta y rezad en todo momento para que podáis libraros de todo lo que va a venir y podáis presentaros ante el Hijo de Dios.

Lucas: Pues ya lo habéis oído, así os lo he contado en mi evangelio. Lo que habéis escuchado, tenéis que ponerlo en obra.

Elaborado por: Fr. Emilio Díez Ordóñez y Fr. Javier Espinosa Fernández



lunes, 18 de noviembre de 2024

Evangelio Domingo 24 de noviembre

 Jesús ante Pilato - Juan 18, 33-37

En aquel tiempo preguntó Pilato a Jesús: - ¿Eres tú el rey de los judíos? Jesús le contestó: - ¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí? Pilato replicó: - ¿Acaso soy yo judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí. ¿Qué has hecho? Jesús le contestó: - Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí. Pilato le dijo: - Conque ¿tú eres rey? Jesús le contestó: - Tú lo dices: Soy Rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz

Explicación

¡Claro que soy Rey! dijo Jesús, cuando Pilato le preguntó: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Y a continuación añadió: Pero mi reino no es como los de la tierra, porque no tengo territorio, ni palacio real, ni riquezas, ni ejércitos. Yo sólo reino en el corazón y en la vida de mis amigos, por medio del amor.

Evangelio dialogado

Narrador: El sanedrín condujo a Jesús ante Pilato para que le juzgara, pues a ellos no les estaba autorizado dar muerte a nadie.

Sanedrín: Queremos ver a Pilatos. Decidle que salga, pues nosotros nos contaminaríamos al entrar en ese lugar impuro.

Oficial: Señor, ahí afuera están algunos miembros del Sanedrín y quieren verte.

Pilato: Está bien, diles que pasen.

Oficial: ¡Señor! No quieren pasar, porque dicen que se contaminarían.

Pilato: ¡Están todos locos, locos! Está bien saldré yo. A ver, ¿Qué queréis?

Sanedrín: Te traemos a este enemigo de Roma, que se hace llamar Rey de los judíos.

Pilato: ¿Es eso verdad? No parece peligroso.

Sanedrín: Pero pone en peligro la autoridad del César y tú no puedes permitirlo. Puede ser peligroso para todos, incluso para ti, oh Gobernador.

Pilato: Muy bien, dejad que yo le interrogue. A ver, ¿eres tú el rey de los judíos?

Jesús: Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí.

Pilato: ¿Entonces, tú eres rey?

Jesús: Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para ser testimonio de verdad. Y todo el que es de verdad, oye mi voz.

Elaborado por: Fr. Emilio Díez Ordóñez y Fr. Javier Espinosa Fernández


 

domingo, 17 de noviembre de 2024

Adviento 2024

¡Ya llega el ADVIENTO!

Con alegría os compartimos los materiales para este Adviento... Nos vamos de peregrinación en un autobús morado camino de Belén. Llenos de Esperanza veremos cada semana quien se asoma por la ventanilla de la palabra de Dios y así nos prepararemos para el encuentro con Jesús. Será un Adviento JUBILOSO... Como en toda excursión en autobús iremos cantando con UNAI QUIRÓS una preciosa canción para animar nuestras celebraciones, catequesis, clases, dinámicas... MUCHAS GRACIAS.

LOS MATERIALES: enviamos dibujos a color y en blanco y negro y también fichas de trabajo para fotocopiar.

El Archivo MUPPI que pesa mucho es para imprimir en tamaño grande o mejor resolución..

También hay una explicación de la dinámica a seguir cada semana.

Cuqui, Eugenio y JJ nos ayudaran a traducir al Catalán, Gallego o Euskera... cuando vayan llegando los iremos subiendo al Drive.

Materiales Adviento 2024:
https://drive.google.com/drive/folders/1_jNG4oVykh98IEmHSXLmt62gj99pf2dq?usp=sharing

 LA CANCIÓN que Unai ha hecho en un videoclip y os pasamos también en enlace ... En el video de  YOUTUBE también hay un enlace a los materiales

SÚBETE AL AUTOBÚS | Fano y Unai Quirós

 Mucho Ánimo, Mucha Alegría y a Caminar Juntos

Buen Viaje

Patxi Velasco FANO

viernes, 15 de noviembre de 2024

Evangelio Domingo 17 de noviembre

 La venida del Hijo del hombre - Marcos 13, 24-32

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: - En aquellos días, después de una gran tribulación, el sol se hará tinieblas, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, los ejércitos celestes temblarán. Entonces verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes con gran poder y majestad; enviará a los ángeles para reunir a sus elegidos de los cuatro vientos, del extremo de la tierra al extremo del cielo. Aprended lo que os enseña la higuera: cuando las ramas se ponen tiernas y brotan yemas, sabéis que la primavera está cerca; pues cuando veáis vosotros suceder esto, sabed que él está cerca, a la puerta. Os aseguro que no pasará esta generación antes de que todo se cumpla. El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán. El día y la hora nadie lo sabe, ni los ángeles del cielo ni el Hijo, sólo el Padre.

Explicación

La pregunta a la que Jesús quiere responder con el Evangelio que hoy escuchamos es ésta: ¿Cuándo, por fin, vencerá el bien al mal? ¿Cuándo los poderes y estrellas del cielo irán cayendo como si fueran los poderes que oprimen y maltratan a las personas, y se irá levantando y abriendo camino el bien y la justicia?

El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán

Evangelio dialogado

Discípulo1: Mira, Maestro, ¡cómo brillan las cúpulas del templo! ¡Qué hermoso y grande es nuestro templo!

Discípulo2: ¡Y dices que todo eso será destruido?

Jesús: Sí, el día de la gran angustia.

Discípulo1: ¿Cómo será ese día?¿Qué pasará después?

Jesús: Escuchad y mirad.

Narrador: En aquellos días, después de la gran tribulación, el sol irá oscureciéndose hasta hacerse tinieblas. La luna no dará su resplandor. Las estrellas caerán del cielo. Los ejércitos celestes temblarán.

Discípulo2: ¿Y qué pasará con los hombres? ¿Cómo premiará Dios a los buenos?

Narrador: Entonces verán venir al Hijo del Hombre con gran poder y majestad. El Hijo del Hombre enviará a los ángeles para reunir a sus elegidos de los cuatro vientos, del extremo de la tierra al extremo del cielo.

Discípulo1: ¿Y cuándo será eso, Maestro? ¿Cómo sabremos que va a pasar?

Jesús: ¿Sabéis qué es una higuera?

Discípulo2: ¡Sí, claro!

Jesús: ¿En qué estación del año brota la higuera y le salen ramas tiernas?

Discípulo1: En la primavera.

Jesús: Pues cuando veáis vosotros suceder esto que os he anunciado, sabed que él está cerca, a la puerta.

Discípulo2: ¿Pasará esta generación antes de que todo se cumpla?

Jesús: No. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

Elaborado por: Fr. Emilio Díez Ordóñez y Fr. Javier Espinosa Fernández



miércoles, 6 de noviembre de 2024

¿Ponemos el belén?

¿Sabías que en la Navidad de 1223 San Francisco de Asís construyó una especie de cueva en la que se representó el nacimiento de Cristo y se celebró Misa? Fue el primer Belén. El nombre de Belén se debe a la ciudad en la que nació Jesús cuando sus padres fueron a empadronarse por orden del emperador César Augusto. Allí le llegó a María la hora del parto y el niño Jesús nació en un establo porque no había sitio en las posadas. Con esta representación se recuerda su nacimiento y la visita y adoración de los pastores y Reyes Magos de Oriente.

                              





viernes, 1 de noviembre de 2024

Evangelio Domingo 10 de noviembre

El óbolo de la viuda - Marcos 12, 41-44

En aquel tiempo, estando Jesús sentado enfrente del cepillo del templo, observaba a la gente que iba echando dinero; muchos ricos echaban en cantidad; se acercó una viuda pobre y echo dos reales. Llamando a sus discípulos, les dijo: - Os aseguro que esa pobre viuda ha echado en el cepillo más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero ésta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir.

Explicación

Para que sus amigos no se dejaran influir por las apariencias, Jesús sentado frente al Templo de Jerusalén, les invitó a observar. Así pudieron ver a gente muy importante echando cantidades grandes de dinero como donativo o limosna. Y decían al verlo: ¡Cuánto dinero dan para el Templo! Sólo se fijaban en los que echaban mucho y llamaban la atención. Sin embargo, cuando se acercó una viejecita Jesús les dijo: No perdáis de vista a esa mujer viuda y pobre, que ha puesto dos monedas en la hucha de las limosnas, porque ella es la que más ha dado. ¿Por qué dices eso, Jesús? Le preguntaron sus discípulos. Y él contestó: Porque todos echan de lo que les sobra, pero ella da lo que necesita para vivir. Ellos dan un poco. Ella lo da todo. ¿Entendéis?

Ha echado más que nadie

Evangelio dialogado

Narrador: Aquel día estaba Jesús con sus amigos a la entrada del templo.

Jesús: Mirad en esa plaza, ¿qué veis?

Niño1: Gente importante que compra en el mercado.

Niño2: ¡Y que se llena la tripa en los banquetes!

Niño3: Y que entra a rezar al templo.

Jesús: ¿Os parece que se comportan bien?

Niño1: A mí me parecen bastante presumidos.

Niño2: Yo diría que son unos abusones.

Niño3: ¡Claro!, abusones y unos orgullosos.

Jesús: Yo os digo: cuidado con los letrados, les encanta pasearse con trajes elegantes y que les hagan reverencias en las plazas. Buscan los primeros puestos en los templos y en los banquetes y se quedan con el dinero de las viudas. ¡Esos sí que serán condenados! Y ahora, ¿qué veis ahora?

Niño1: Tres señores importantes y una pobre viuda entrando en el templo.

Jesús: ¿Queréis preguntarles por qué dan limosna y lo que dan?

Niño2: ¡Claro que sí, Maestro!

Narrador: Los niños van y preguntan a las personas del templo. Y a la vuelta se lo cuentan a Jesús.

Jesús: A ver, ¿qué os han contado?

Niño3: A mí me ha dicho que ha dado 12 € porque le sobra el dinero.

Niño1: A mí, que ha dado 6 euros porque se lo prometió a Dios.

Niño2: A mí me dijo que dio 8 € para que lo vean y se lo agradezcan.

Niño3: Pues a mí, la viuda me dice que ha dado muy poquito, unos céntimos de euro porque es pobre y no tiene más.

Jesús: Amigos, esa pobre viuda ha echado en la bandeja más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra y ella ha echado todo lo que tenía para vivir.

 Elaborado por: Fr. Emilio Díez Ordóñez y Fr. Javier Espinosa Fernández 








lunes, 28 de octubre de 2024

Evangelio Domingo 3 de noviembre

El mandamiento principal - Marcos 12, 28-34

En aquel tiempo un letrado se acercó a Jesús y le preguntó: - ¿Qué mandamiento es el primero de todos? Respondió Jesús: - El primero es: "Escucha Israel: el Señor, nuestro Dios, es el único Señor; amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser". El segundo es éste: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo". No hay mandamiento mayor que éstos. El letrado respondió: - Muy bien, Maestro; tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo, vale más que todos los holocaustos y sacrificios. Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo: - No estás lejos del Reino de Dios. Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

Explicación

Un hombre se acercó a Jesús para pedirle opinión sobre cuál era el mandato más importante de la Ley de Moisés que los buenos judíos debían cumplir. Muchos creían que era descansar el sábado, como día especial dedicado a Yavé Dios. Y Jesús le respondió: “Ama a Dios con todo tu corazón y al prójimo como a ti mismo. Eso es lo que Dios desea, y es lo más importante en la vida de un buen judío”.

No estás lejos del Reino de Dios

Evangelio dialogado

NARRADOR: En aquel tiempo un letrado se acercó a Jesús y le preguntó:

LETRADO: Maestro, ¿qué mandamiento es el primero de todos?

JESÚS: El primero es: "Escucha Israel, el Señor nuestro Dios es el único Señor: amarás al Señor tu Dios con todo el corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser". El segundo es éste: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo"

NIÑO1: ¿Por qué dices dos mandamientos si sólo te ha preguntado uno?

JESÚS: No hay mandamiento mayor que estos...y no se pueden separar.

LETRADO: Pienso como tú y creo que estos dos mandamientos valen más que todas las ofrendas y sacrificios.

JESÚS: No estás lejos del Reino de Dios.

LETRADO: ¡Gracias, Maestro!

NIÑO2: Amar al prójimo, amar al prójimo...¡No sé por qué siempre estamos en lo mismo!

NIÑO1: Yo sí lo sé, ¡Porque es lo que más cuesta!

NIÑO2: ¿Y si yo amo mucho a Dios y no a los que me caen mal?

NIÑO1: Eso es imposible, ¿cómo vas a amar a Dios, al que no ves, y no amar a los que sí ves?

NIÑO2: Jesús dice que tengo que amar al prójimo, pero...¿quién es mi prójimo?

NIÑO1: Yo creo que mi prójimo es toda persona que necesita ayuda.

NIÑO2: ¡Pues no es difícil ni nada amar al prójimo como a uno mismo!

NIÑO1: Si nos quisiéramos todos así, no habría guerras, ni peleas, ni robos, ni envidias...¡El mundo parecería otro distinto!

NIÑO2: Sí, para que el mundo parezca otro...sólo tenemos que hacer dos cosas...

NIÑO1: Amar a Dios con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas...

NIÑO2: Y al prójimo como a uno mismo.

NARRADOR: Nadie se atrevió entonces a hacer más preguntas.

Elaborado por: Fr. Emilio Díez Ordóñez y Fr. Javier Espinosa Fernández




domingo, 20 de octubre de 2024

Evangelio Domingo 27 de octubre

El ciego de Jericó - Marcos 10, 46-52

En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó con sus discípulos y bastante gente, el ciego Bartimeo (el hijo de Timeo) estaba sentado al borde del camino pidiendo limosna. Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar: - Hijo de David, ten compasión de mí. Muchos le regañaban para que se callara. Pero él gritaba más: - Hijo de David, ten compasión de mí. Jesús se detuvo y dijo: - Llamadlo. Llamaron al ciego diciéndole: - Animo, levántate, que te llama. Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús. Jesús le dijo: - ¿Qué quieres que haga por ti? El ciego le contestó: - Maestro, que pueda ver. Jesús le dijo: - Anda, tu fe te ha curado. Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino

Explicación

Este encuentro de Jesús con un hombre ciego y que además es pobre, nos ayuda a caer en la cuenta de que Jesús quiere que todos veamos y tengamos horizontes pudiendo vivir de nuestro trabajo y no dependiendo de lo que otros nos den. Cuando Jesús le llamó, él tiró el manto, se incorporó y le dijo que deseaba ver. Y Jesús le trasmitió tal fuerza que cuando recobró la vista le siguió, yendo detrás de Jesús.

¿Qué quieres que haga por ti?

Evangelio dialogado

CIEGO: ¡Una limosna, hermanos, para este pobre ciego! ¡Una limosna, por caridad!

JUDÍO1: Toma, Bartimeo, poco es pero no llevo más.

JUDÍO2: ¿Eres el hijo de Timeo que le nació ciego?

CIEGO: Sí, yo soy, ¿dónde vais vosotros?

JUDÍO1: Vamos a Jerusalén a celebrar la fiesta de Pascua.

CIEGO: Dicen que Jesús de Nazaret está en Jericó, ¿sabéis algo de eso?

JUDÍO2: ¿Te has enterado ya de que en Betsaida curó a un ciego de nacimiento como tú?

CIEGO: ¡Claro! Todo lo que hace Jesús me interesa.

JUDÍO1: Pues he oído que también viene a Jerusalén a celebrar la Pascua.

CIEGO: ¿Jesús pasará por aquí?

JUDÍO1: Sí, parece que ya vienen él y sus discípulos.

CIEGO: ¡Hijo de David, ten compasión de mí!

JUDÍO2: ¡Menudo jaleo estás armando! ¡Cállate ya y no alborotes!

JESÚS: ¿Quién es ?

JUDÍO1: Parece un ciego, Maestro.

JUDÍO2: Se habrá enterado de que curaste al ciego de Betsaida y querrá que lo cures a él también.

JESÚS: Llamadlo.

JUDÍO1: Amigo, ven, Jesús te llama.

JESÚS: ¿Qué quieres que haga por ti?

CIEGO: Maestro, que pueda ver.

JESÚS: Anda ve, tu fe te ha curado.

CIEGO: ¡Veo, veo, Jesús me ha curado!

JUDÍO2: El Maestro siempre cura a los que tienen una fe muy grande.

JUDÍO1: ¿Vienes con nosotros a Jerusalén?

CIEGO: ¡Claro que sí! Iré al templo a dar gracias a Dios porque Jesús está con nosotros.

Elaborado por: Fr. Emilio Díez Ordóñez y Fr. Javier Espinosa Fernández








lunes, 14 de octubre de 2024

Evangelio Domingo 20 de octubre

La petición de los hijos de Zebedeo - Marcos 10, 35-45

En aquel tiempo se acercaron a Jesús los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron: - Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir. Les preguntó: - ¿Qué queréis que haga por vosotros? Contestaron: - Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda. Jesús replicó: - No sabéis lo que pedís; ¿sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber, o de bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar? Contestaron: - Lo somos. Jesús les dijo: - El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y os bautizaréis con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; está ya reservado. Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan. Jesús, reuniéndolos, les dijo: - Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. Vosotros, nada de eso; el que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos.

Explicación

También entre los seguidores de Jesús había algunos ambiciosos que esperaban ocupar al lado de Jesús lugares de poder. De ellos nos habla por ejemplo el Evangelio de hoy. Son los hermanos Santiago y Juan. Pero Jesús les ayuda a dejar poco a poco esas intenciones y acoger otras mejores que ocupen su corazón : compartir con él la vida, estar juntos en todo momento, ayudarse en situaciones difíciles, apoyarse cuando estén tristes y sobre todo, entregar la vida por lo demás.

El que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor.

Evangelio dialogado

NARRADOR: Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, se presentaron a Jesús y le hicieron una petición:

SANTIAGO: Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir.

JESÚS: ¿y qué queréis que haga?

JUAN: Concédenos sentarnos en tu gloria, uno a tu derecha y otro a tu izquierda.

JESÚS: No sabéis lo que pedís.

SANTIAGO: ¿Por qué?

JESÚS: ¿Sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber?

JUAN: Sí, lo somos.

JESÚS: El cáliz que yo he de beber lo beberéis, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda, está ya reservado.

NARRADOR: Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra los dos hermanos:

DISCÍPULO 1: Os lo merecéis por abusones.

DISCÍPULO2: Ahora no os sentaréis ni a la derecha ni a la izquierda de Jesús.

JESÚS: ¡Basta ya! Callaos y escuchad. Los jefes de los pueblos los tiranizan y los grandes oprimen a los pequeños.

DISCÍPULO 1: Siempre se ha hecho así.

JESÚS: Pues vosotros no debéis hacerlo.

DISCÍPULO 2: Entonces, el que quiera ser grande...¿Qué debe hacer?

JESÚS: Será el servidor de los demás.

DISCÍPULO 1: ¿Y el que quiera ser el primero?

JESÚS: Será esclavo de todos.

DISCÍPULO2: Maestro, cada vez lo pones más difícil.

DISCÍPULO 1: A nadie le gusta ser servidor y esclavo de los otros.

JESÚS: Miradme a mí, no he venido para que me sirvan.

DISCÍPULO2: ¿Y para qué has venido, Maestro?

JESÚS: He venido para servir y dar mi vida en rescate por todos.

NARRADOR: Así terminó Jesús la jornada aquel día con sus discípulos.

Elaborado por: Fr. Emilio Díez Ordóñez y Fr. Javier Espinosa Fernández 





lunes, 7 de octubre de 2024

Evangelio Domingo 13 de octubre

El joven rico - Marcos 10, 17-30

En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló y le preguntó: - Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? Jesús le contestó: - ¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre. El replicó: - Maestro, todo eso lo he cumplido desde pequeño. Jesús se le quedó mirando con cariño y le dijo: - Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dale el dinero a los pobres - así tendrás un tesoro en el cielo-, y luego sígueme. A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó pesaroso, porque era muy rico. Jesús , mirando alrededor, dijo a sus discípulos: - ¡Qué difícil va a ser a los ricos entrar en el Reino de Dios! Los discípulos se extrañaron de estas palabras. Jesús añadió: - Hijos, ¡qué difícil les es entrar en el Reino de Dios a los que ponen su confianza en el dinero! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja que a un rico entrar en el Reino de Dios. Ellos se espantaron y comentaban: - Entonces, ¿quién puede salvarse? Jesús se les quedó mirando y les dijo: - Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo.

Explicación

Para vivir con dignidad basta con hacer el bien y evitar el mal, es decir, ser personas justas. Pero para ser amigo de Jesús, además, hay que renunciar a toda ambición que nos lleva a acumular propiedades y riquezas dando la espalda a tantas personas que necesitan de nuestro compartir. Algo de todo esto le dice Jesús a un rico que se le acercó y quiso saber qué podía hacer para ser feliz.

Anda, vende lo que tienes, dáselo a los pobres

Evangelio dialogado

NARRADOR: En aquel tiempo, Jesús estaba a punto de partir cuando un joven corrió a su encuentro, se arrodilló delante de él y le preguntó:

JOVEN: Maestro bueno, ¿qué tengo que hacer para ganar la vida eterna?

NARRADOR: Jesús le respondió:

JESÚS: ¿Por qué me llamas bueno? Uno solo es bueno, y ése es Dios. Ya conoces los mandamientos: no matarás, no cometas adulterio, no robarás, ni dirás cosas falsas de tu hermano, no seas injusto, honra a tu padre y a tu madre”.

NARRADOR: El joven le contestó:

JOVEN: Maestro, todo esto lo he cumplido desde pequeño.

NARRADOR: Jesús lo miró, sintió cariño por él y le dijo:

JESÚS: Sólo te falta una cosa: anda, vende todo lo que tienes, dale el dinero a los pobres y así tendrás un tesoro en el cielo, y luego, ven y sígueme.

NARRADOR: Cuando el joven oyó estas palabras, arrugó la frente y se fue muy triste, porque era muy rico. Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos:

JESÚS: ¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el Reino de Dios!

NARRADOR: Los discípulos se extrañaron al oír estas palabras.

DISCÍPULOS: ¿Qué pretende decirnos el Maestro? No hay quien lo entienda.

NARRADOR: Pero Jesús insistió:

JESÚS: Hijos míos, ¡qué difícil les es entrar en el Reino de Dios a los que ponen su confianza en el dinero! Es más fácil para un camello pasar por el ojo de la aguja, que para un rico entrar en el Reino de Dios.

NARRADOR: Ellos se asombraron más todavía y comentaban:

DISCÍPULOS: Entonces, Maestro ¿quién puede salvarse?

NARRADOR: Jesús se les quedó mirando fijamente y les dijo:

JESÚS: Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque para Dios todo es posible.

NARRADOR: Pedro se le acercó y le dijo:

PEDRO: Señor, ya sabe que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido.

NARRADOR: Jesús le contestó:

JESÚS: Os aseguro que quien deje casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, recibirá ahora cien veces más, y después la vida eterna.

Elaborado por: Fr. Emilio Díez Ordóñez y Fr. Javier Espinosa Fernández