viernes, 27 de septiembre de 2019
miércoles, 25 de septiembre de 2019
Evangelio del Domingo
La historia del pobre Lázaro y el
rico Epulón nos hacer reflexionar y pensar que hay muchas personas en nuestro
tiempo que sufren mucho por culpa del endurecimiento de corazón que
padecemos.
Evangelio dialogado - Lucas
16, 19-31
Narrador: En
aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos:
Jesús: Había un
hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba espléndidamente
cada día.
Niño 1: Y ¿qué
pasó después?
Jesús: Un mendigo
llamado Lázaro estaba echado en su portal, cubierto de llagas, y con ganas de
saciarse de lo que tiraban de la mesa del rico.
Y hasta los perros se le acercaban a lamerle las llagas.
Sucedió que se murió el mendigo, y los ángeles lo llevaron al seno de Abraham.
Sucedió que se murió el mendigo, y los ángeles lo llevaron al seno de Abraham.
Niño 2: Sigue,
maestro, que me tienes en ascuas.
Jesús: Se murió
también el rico, y lo enterraron. Y, estando en el infierno, en medio de los
tormentos, levantando los ojos, vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno,
y gritó:
Rico: Padre
Abraham, ten piedad de mí y manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo y
me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas.
Pero Abraham le contestó:
Niño 1: Mírale…
Ahora se acuerda de Lázaro, cuando no le había dado ni una migaja para comer.
Abraham: Hijo,
recuerda que recibiste tus bienes en vida, y Lázaro, a su vez, males: por eso
encuentra aquí consuelo, mientras que tú padeces.
Y además, entre nosotros y vosotros se abre un abismo inmenso, para que no puedan cruzar, aunque quieran, desde aquí hacia vosotros, ni puedan pasar de ahí hasta nosotros.
Y además, entre nosotros y vosotros se abre un abismo inmenso, para que no puedan cruzar, aunque quieran, desde aquí hacia vosotros, ni puedan pasar de ahí hasta nosotros.
Rico: Padre
Abraham, insisto. Te ruego, entonces, que mandes a Lázaro a casa de mi padre,
porque tengo cinco hermanos, para que, con su testimonio, evites que vengan
también ellos a este lugar de tormento.
Abraham: Tienen a
Moisés y a los profetas; que los escuchen
Rico: No, padre
Abraham. Pero si un muerto va a verlos, se arrepentirán.
Abraham: Si no
escuchan a Moisés y a los profetas, no harán caso ni aunque resucite un muerto.
Elaborado por: Fr. Emilio Díez Ordóñez y Fr. Javier
Espinosa Fernández
lunes, 23 de septiembre de 2019
Octubre, mes misionero
El Papa Francisco nos anima a
celebrar en el mes de octubre, en toda la Iglesia, un mes misionero
extraordinario para recordar el centenario de la Carta Apostólica “Maximum
illud”, promulgada por el papa Benedicto XV en el año 1919, sobre la actividad
misionera de la Iglesia.
“Bautizados y enviados” es el
lema general de este mes misionero y hace referencia a la implicación de todos
los bautizados en el compromiso misionero de la Iglesia que ya quedó claramente
señalado en los documentos del Concilio Vaticano II.
Patxi Fano ha preparado estos
dibujos, como siempre, geniales y Nico Montero un himno precioso compuesto para
esta ocasión y para el Domund 2019. ¡Muchas gracias a los dos por vuestro
trabajo!
viernes, 20 de septiembre de 2019
Evangelio del Domingo
VIGESIMOQUINTO DOMINGO: TIEMPO ORDINARIO “C” (Lc. 16, 10-13)
Evangelio dialogado
Narrador: En
aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
Jesús: El que es
de fiar en lo que tiene poca importancia, también en lo importante es de fiar;
el que no es honrado en lo poco, tampoco en lo importante es honrado.
Niño1: En eso
tienes razón, maestro. Yo conozco alguna persona que no se puede fiar uno de
ella.
Jesús: Si no
fuisteis de fiar en el injusto dinero, ¿quién os confiará lo que vale de
verdad? Si no fuisteis de fiar en lo que pertenece a otra persona ¿lo vuestro,
quién os lo dará?
Niño 2: Ya lo
dijiste en otra ocasión: quien tiene al dinero de ídolo, no puede estar
contigo.
Jesús: Es cierto lo que dices: Ningún siervo puede servir a dos amos, porque, o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero.
Jesús: Es cierto lo que dices: Ningún siervo puede servir a dos amos, porque, o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero.
Elaborado por: Fr. Emilio Díez Ordóñez y Fr.
Javier Espinosa Fernández
lunes, 16 de septiembre de 2019
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