Esta
semana comienza el Adviento. Es un tiempo que dura cuatro semanas y que nos
sirve para prepararnos para la llegada de Jesús, que llega vulnerable
como un niño pequeño.
¿Y cómo esperamos? ¿Cómo esperamos una cosa que deseamos muchos? Cuando eso nos sucede en la vida esperamos con nerviosismo, con impaciencia. Pero todo eso nos sucede porque somos conscientes de que vamos a ser felices.
Pues de esa manera nos preparamos y esperamos a que llegue Jesús. Con esperanza y con alegría. Jesús prometió que siempre va a estar con nosotros, y siempre que comienza el Adviento somos más conscientes de que Jesús está siempre con nosotros.
Comienzan ahora cuatro semanas muy importantes. Tenemos que vivir cada una de las cuatro semanas como se merece. En esta semana el Evangelio nos dice que no nos podemos dormir, que debemos estar en vela. Y los cristianos estamos en vela cuando tratamos de hacer el bien a los demás, tratando de llevarles lo mejor que tenemos, que no es otra cosa que Jesús, nuestro mayor tesoro.
¿Y cómo esperamos? ¿Cómo esperamos una cosa que deseamos muchos? Cuando eso nos sucede en la vida esperamos con nerviosismo, con impaciencia. Pero todo eso nos sucede porque somos conscientes de que vamos a ser felices.
Pues de esa manera nos preparamos y esperamos a que llegue Jesús. Con esperanza y con alegría. Jesús prometió que siempre va a estar con nosotros, y siempre que comienza el Adviento somos más conscientes de que Jesús está siempre con nosotros.
Comienzan ahora cuatro semanas muy importantes. Tenemos que vivir cada una de las cuatro semanas como se merece. En esta semana el Evangelio nos dice que no nos podemos dormir, que debemos estar en vela. Y los cristianos estamos en vela cuando tratamos de hacer el bien a los demás, tratando de llevarles lo mejor que tenemos, que no es otra cosa que Jesús, nuestro mayor tesoro.