El 31 de enero, la Iglesia
celebra el Día de San Juan Bosco, conocido popularmente como don Bosco.
San Juan Bosco es un santo italiano que nació en IBecchi (Castelnuovo Don Bosco) el año 1815.
Cuando era niño, Juan Bosco
soñaba con ser sacerdote. Este sueño parecía imposible. Su familia era pobre.
El padre de Juan había muerto cuando él solo tenía dos años. Vivía en una
granja con su madre y sus dos hermanos y ayudaba a cuidar a las ovejas, lo que
le impedía asistir a la escuela a tiempo completo.
Con la ayuda de su madre, algunos
vecinos amables y el dinero que obtuvo haciendo varios trabajos, pudo terminar
la escuela e ingresar al seminario.
El servicio a las personas
jóvenes durante toda la vida de Juan se inspiró en un encuentro que tuvo con un
huérfano pobre en la ciudad de Turín, Italia. Como seminarista, Juan pasaba sus
momentos libres trabajando con niños desatendidos y huérfanos.
Juan Bosco creía que Dios vivía
dentro de cada persona que conocía, y trataba a cada persona como correspondía:
con amor.
A los veintiséis años, Juan Bosco
cumplió su sueño de convertirse en sacerdote. Quería continuar su obra con
niños desatendidos. Inauguró un internado donde estos niños podían vivir y
aprender las habilidades necesarias para ganarse la vida.
En 1859, inspirado en el ejemplo
de san Francisco de Sales, don Bosco fundó la Sociedad de San Francisco de
Sales, conocida en todo el mundo como los Salesianos de Don Bosco. Esta orden
de sacerdotes se centró en ayudar y educar a niños pobres, así como establecer
amistad con ellos
En 1872, Juan Bosco también
cofundó una orden para mujeres, las Hijas de María Auxiliadora, junto con su
amiga santa María Mazzarello. Esta orden es conocida popularmente como las
Hermanas Salesianas y es una de las mayores congregaciones religiosas católicas
de mujeres.
En la actualidad, los salesianos
evangelizan y educan a los jóvenes, en especial a los pobres y en situación de
riesgo, al estilo de don Bosco.
Juan Bosco murió el 31 de enero
de 1888. Se lo beatificó en 1929 y, en 1934, el Papa Pío XI lo canonizó y lo
llamó “padre y maestro de los jóvenes”.
Durante la Misa de su día festivo
en 2019, el Papa Francisco agradeció a Dios por la entrega de Juan Bosco.
Recordó que don Bosco tenía los ojos y el corazón de un padre y un maestro. Él
dijo: “Hoy pidamos al Señor, por intercesión de don Bosco, la gracia para que
nuestros sacerdotes sean alegres: alegres porque tienen el verdadero sentido de
mirar las cosas del ministerio pastoral, al pueblo de Dios, con ojos de hombre
y con los ojos de Dios”. (Papa Francisco, Misa en la Casa Santa Marta, 31 de
enero de 2019).
Juan Bosco incluyó a Dios en todo
lo que hizo. Dios era parte de su vida al trabajar, estudiar, jugar, enseñar y
hacer malabares.
- San Juan Bosco
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