lunes, 26 de febrero de 2024

Tercer domingo de Cuaresma 2024

 La purificación del Templo - Juan 2, 13-25

En aquel tiempo se acercaba la Pascua de los Judíos y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote con cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendías palomas les dijo: - Quitad esto de aquí: no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre. Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: "El celo de tu casa me devora" Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron: - ¿Qué signos nos muestras para obrar así? Jesús contestó: - Destruid este templo, y en tres días lo levantaré. Los judíos replicaron: - Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días? Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Y cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo había dicho, y dieron fe a la Escritura y a la palabra que había dicho Jesús. Mientras estaba en Jerusalén por la fiesta de la Pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo los signos que hacía; pero Jesús no se confiaba con ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba el testimonio de nadie sobre un hombre, porque él sabía lo que hay dentro de cada hombre.

Explicación

Jesús se enfadó mucho con los que habían convertido el Templo de Jerusalén en una gran superficie de comerciantes, cambistas de monedas y aprovechados, y les dijo, arrojando por los suelos sus mostradores: Quitad todo esto de aquí, porque este es un lugar es de oración sencilla y confiada con Dios.

Elaborado por: Fr. Emilio Díez Ordóñez y Fr. Javier Espinosa Fernández



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